Este artículo solo pretende ser una reflexión para todos aquellos que nos dedicamos a la enseñanza de idiomas extranjeros, acerca de las ventajas de realizar una enseñanza comunicativa mediante tareas, metodología extensamente argumentada por distintos autores y que permite realizar clases mucho más amenas para los alumnos y la consecución de los objetivos de forma más favorable.

Existen estudios que constatan que memorizamos:
• el 20% de lo que escuchamos
• el 30% de lo que vemos
• el 50% de lo que escuchamos y vemos
• el 70% de lo que explicamos a los otros
• el 90% de lo que un mismo experimenta y realiza
Por lo tanto, ¿Por qué no buscamos las fórmulas para que los alumnos experimenten y realicen?
La enseñanza mediante tareas es una progresión del enfoque comunicativo. Con frecuencia los objetivos y los contenidos de los cursos, los determina el programa de estudios y están en los libros o materiales de trabajo, sin embargo, tanto profesores como alumnos pueden utilizar el material de una forma más personal, en vez de seguir al pie de la letra las páginas del libro, e intervenir en las actividades del aula, asimilando esos contenidos y obtención de los objetivos.

No hay más secreto que para desarrollar la comunicación, es preciso ejercitarla. Las tareas son el medio de confección ideal para vincular las formas de la lengua y la comunicación, que individualmente no representan procesos de comunicación.

Actualmente, los cursos de lengua y los manuales de enseñanza se enfocan al uso de la lengua con fines comunicativos, en los procesos naturales de aprendizaje, centrándose en el alumno, destacando la importancia de la relación entre la lengua y el contexto sociocultural y el desarrollo de la autonomía del alumno, mediante la experiencia vivida durante el proceso de aprendizaje.
Al ejecutar una tarea, se va más allá de la mera práctica de un componente de la actividad lingüística, relacionando la elaboración con la lengua que se está aprendiendo. Se observa que las capacidades se desarrollan mediante su ejercitación.

Se ha evolucionado de una enseñanza para la comunicación a una enseñanza mediante la comunicación.

Las tareas:
• facilitan en el aula los ejercicios de los procesos de comunicación, utilizando el uso de contenidos necesarios para las mismas.
• crean contextos de uso de la lengua para activar los procesos mediante los cuales relacionamos lo que decimos con lo que conocemos acerca del contexto particular de uso, para así entender a nuestro interlocutor y comunicarnos.

Mediante las tareas, se conseguirá la ejecución de una actividad, representativa de lo que se realizan habitualmente en el mundo externo al aula y que requiere el uso de la lengua.

La ejecución de una actividad es el propósito de la tarea, y de ahí nacen todas las actividades que la integran: cuando los alumnos realizan actividades de lectura o de audición de textos, es porque en ellos van a encontrar datos que luego utilizarán. Esa es la clave: necesitan los datos, no lo hacen porque sí sin más y sin finalidad. Cuando se practican formas lingüísticas (por ejemplo gramaticales), es también porque las necesitaran; y si ejercitan la expresión oral o la escrita, también será con la finalidad de un buen resultado. El saber crear esa necesidad a los alumnos, es la clave para el éxito de la tarea y de sus objetivos. Es ahí donde radica nuestra gran importancia como docentes.
Crearemos un contexto que dará significado a todas las formas lingüísticas que se usen, además irá acompañado por procesos de uso iguales a los de la comunicación habitual, mediante cooperación e interacción. Se estructuraran en fases y etapas sucesivas e interrelacionadas para la realización de la actividad y se generará un contenido, cuyos resultados serán abiertos.

Toda tarea debería tener un objetivo, una estructura y su secuencia:
• el objetivo es el propósito en términos de aprendizaje.
• la estructura abarca todo lo que se va a realizar, incluyendo los siguientes elementos: el producto, las fuentes, el tema, las actividades, los contenidos y los agentes.
• la secuencia en la ejecución de la tarea se lleva a cabo mediante actividades agrupadas en tres fases: planteamiento, preparación y realización.

A modo de conclusión determinamos que toda tarea debe mostrar procesos comunicativos de la vida real, y se realizará de forma cooperativa mediante parejas o grupos. Es labor del profesor plantear una tarea que sea interesante para los alumnos, motivadora y cercana a su realidad.

El objetivo final es el uso del español para hacer cosas reales con la lengua.


Ejemplo de una tarea para el nivel A1:

Por ejemplo un A1, posiblemente escogería como actividad hacer la compra: sería la ocasión para trabajar con el alumno cierto léxico de uso cotidiano y, por tanto, muy extendido, o de ciertas estructuras gramaticales relativamente sencillas y de fácil adquisición para el alumno.

Título: Vamos a preparar una comida: ¿Qué ingredientes lleva? ¿Vamos a comprarlos?

El objetivo de esta tarea es, trabajando en parejas, plantear los ingredientes que lleva una comida que elija cada pareja. Posteriormente representar dos papeles: uno será el cliente y otro el vendedor. Primeramente se resolverán las dudas de vocabulario y después estaremos atentos a cómo se produce la interacción. Los errores que se detecten, se corregirán al final.

Alumno A (cliente)
1º Saludos
Quieres comprar: por ejemplo sería arroz, tomate, judías,..
2º Preguntas el precio.
3º Despedida.

Alumno B (vendedor)
1º Saludos
Hay….
No hay…
2º Dices el precio
3º Despedida

Una vez realizada esta actividad, como preludio, se sale del aula y se va a un mercado para que hagan la compra de algunos productos y aprendan vocabulario. Se les puede explicar que los españoles compran la fruta en kilos o medios kilos habitualmente y no por piezas. Al realizar la compra se encuentran ante una tarea cotidiana que les permite poner en práctica lo que han practicado en clase de forma real.