Mi nombre es José Ignacio Gallego, Licenciado en Historia y Antropología Social y Cultural. Como docente, atesoro tres cursos académicos de experiencia como profesor de secundaria en centros públicos de la Comunidad de Madrid, en la especialidad de Geografía e Historia, tanto en Educación para adultos como en Institutos de Secundaria


Mi dedicación a la docencia es vocacional, y aunque no he trabajado como profesor de español, no creo que haya ninguna diferencia, pues al fin y al cabo, se trata de transmitir unos conocimientos y la herramientas para aprovecharlos. Con el fin de adquirir de esos conocimientos me inscribí en este curso.

La primera norma para una buena praxis de la docencia es la flexibilidad para adaptarse a las necesidades de los alumnos. El profesor debe a la vez, hacerse respetar y asegurarse que su mensaje es recibido por el alumnado, siendo un referente para estos, pero intentando no ser el protagonista, sino una mera ayuda para que el alumno desarrolle sus propias capacidades y habilidades.


En las clases habrá trabajo teórico, de explicación de los conceptos y trabajo práctico, en el cual se demostrará la asimilación de los conocimientos, mediante tareas y pruebas de evaluación. Soy partidario de usar un libro de texto, con la teoría y ejercicios que corregirá el docente más un cuadernillo de actividades con soluciones al final para que el alumno tenga material de sobra para el trabajo fuera del aula y sea capaz de autoevaluarse.


Las pruebas evaluativas dependerán de lo que se haya establecido en la programación. Normalmente hay tres evaluaciones, con una prueba al final de la misma. Pero para evaluar, no sólo se tienen en cuenta las pruebas, además se evalúan los procedimientos (trabajo diario) y las actitudes (atención, interés, puntualidad...) en un porcentaje variable.


Este curso me ha sido muy útil, y a buen seguro me ayudará en mi futuro trabajo como profesor de español. La didáctica del español como lengua extranjera requiere de un gran dominio de todos los ámbitos de la lengua para atender a todos los niveles de enseñanza.

Espero que viváis la docencia como yo, con vocación, pasión y orgullo, pues educar y enseñar a las generaciones venideras es muy reconfortante, aunque supone una gran responsabilidad.