Cursos profesores de español
Blog profesores de español

Profesores de español y motivación en la enseñanza de español

Son muchas las reflexiones que me han ido surgiendo durante la realización de este curso para acreditarme como profesora de español. Redactando la memoria, me veo envuelta en un continuo ir y venir de planteamientos, actividades y propuestas, intentando ordenar las ideas y superando las dificultades que me crea ser fiel al método que inspira este curso, tal y como exige el trabajo final.

Pero no es de metodologías de lo que quería hablar en esta aportación al blog, sino de algo que nos une a todos los que coincidimos en este foro: la experiencia del aprendizaje de idiomas desde que ponemos un pie en el mundo escolar.

Son muchos los motivos y las circunstancias que marcan la diferencia entre unos alumnos y otros a partir de cierta edad. Pero, de niños, esto no es así. Desde muy pequeños, el aprendizaje de un idioma es algo que nos viene impuesto y que a medida que crecemos asumimos como parte de nuestra formación. Asistimos al colegio, hacemos los deberes y memorizamos verbos y vocabulario y, así, salimos más o menos airosos de un examen y conseguir el aprobado. Para muchos, la lengua extranjera es una casilla más del boletín de notas.

Según esto, hay dos factores evidentes que marcan desde el inicio el aprendizaje de una segunda lengua: necesidad y obligación. Necesitamos aprobar los cursos, porque el sistema _leyes educativas, padres y colegio_ nos obliga a ello.

Es sorprendente, sin embargo, el abismo que separa a unos alumnos y otros aun habiendo compartido durante años aula, materiales y profesores. Parece que los idiomas, por sí solos, hacen amigos…o enemigos. Algunos alumnos aprenden, aprueban e, incluso, disfrutan. Otros en cambio ni aprueban ni aprenden, se aburren y caen en conductas evitativas que marcarán en muchos casos, y a veces de forma irreversible, su relación con otras lenguas durante la etapa adulta.

Es verdad que, al final de la fase escolar, la inmensa mayoría serán capaces de superar un examen de L2 adecuado a su nivel, pero entre un flamante 10 y un 5 raspado podemos adivinar que muchos “peldaños” separan ambas calificaciones.

Y esto da qué pensar a los que nos enfrentamos al reto de enseñar a otros un idioma. Porque si en un mismo grupo de alumnos la igualdad de conocimientos llevados al aula no conlleva igual grado de competencias, la labor del profesor tendrá que partir de esta premisa.
Seguir un manual, evaluar periódicamente los conocimientos de los alumnos y corregir ejercicios me parecen acciones claramente insuficientes a la hora de plantearnos el éxito de la tarea.

Por mi propia experiencia como alumna, creo que es imposible aprender y avanzar sin que el profesor _¡y nosotros mismos!_ conozcamos a fondo nuestro mecanismo de aprendizaje, nuestro potencial y nuestras carencias. Ya sé que proponer una atención individualizada durante la etapa escolar es una utopía. En su lugar, hablemos de autoconocimiento. Pero sobre todo, de MOTIV ACION, como un tesoro escondido en cada uno de nosotros que siempre está dispuesto a dejarse encontrar. A cualquier edad.


Experiencias profesores español
¿Necesitas ayuda?
Soporte online
¿Necesitas ayuda? Chatea por Whatsapp