Mi experiencia en el campo de la enseñanza de idiomas es, por el momento, mayor como alumna que como profesora. A lo largo de mi vida he asistido a clases enmarcadas en varias filosofías: desde las sesiones centradas en listas de vocabulario, reglas gramaticales, fonética, lecturas de pequeños textos y ejercicios repetitivos, hasta las clases en la actualidad encuadradas en el método comunicativo.
Precisamente, mi interés por los idiomas, la ilusión por la enseñanza, la posibilidad de vivir en otros países y las buenas perspectivas del sector me han llevado a prepararme como profesora de ELE para mi futuro.

El desarrollo del curso para profesores de ELE, combinado con mi experiencia actual como estudiante de francés, y antes de inglés, me ha ido permitiendo constatar, de forma consciente, la organización de las sesiones por parte de mi profesora y las reacciones de mis compañeros y las mías propias, reflejo de la variedad de caracteres, preferencias y motivaciones que hay en cualquier grupo y que encontraré en mis alumnos.
Ahora puedo entender la clase desde la perspectiva de quien la imparte; aprecio el esfuerzo que le supone, comprendo sus momentos de impaciencia y desánimo, entre otras cosas, y como resultado soy también mejor alumna.
Desde ambos puntos de vista, el de profesora y el de alumna, llego a la misma conclusión: lo primordial es crear y mantener el interés del alumno, para lo que tiene que fomentarse su participación y trabajo personal, bases del método comunicativo. Al final, con todos los medios y ayudas de que se pueda disponer, todo se reduce a la participación e interacción personales.

Sí quiero resaltar que he comprobado, a medida que avanzaba en el curso, que si bien ser hablante nativo de un idioma es una ventaja para enseñarlo, queda mucho por aprender para poder transmitir ese conocimiento con eficacia y efectividad. El curso ha resultado pues muy útil, tanto para poder identificar los escollos de la enseñanza de ELE como para conocer las herramientas que me permitirán abordarlos y superarlos.
Espero con impaciencia ponerlas en práctica, aprender, disfrutar, superar los retos que sin duda me pondrán mis alumnos y verles progresar y mejorar, y a mí con ellos. Por muchos años.