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¿Frijoles, porotos o alubias? Mi aportación al blog del curso profesores de español

Antes que nada me gustaría agradecer al Instituto Hemingway por haberme brindado esta formación y en especial al profesor Alfredo por sus devoluciones, esclarecimientos, comentarios y paciencia.

Soy uruguayo, vivo en Italia desde hace cinco años y bien o mal he siempre trabajado con el español, ayudando a chicos y chicas de la escuela secundaria o la universidad, haciendo pequeñas traducciones o encuentros de conversación informales. Así fue que he ido descubriendo nuestra lengua desde una óptica nueva: escucharla, leerla, usarla por primera vez. Es difícil. Un hablante nativo da por descontadas tantas cosas que a veces son propias y exclusivas de su lengua y por tanto completamente nuevas para un estudiante que tiene otra lengua madre. Hay que encararlo como un niño que ve algo por primera vez.

A este respecto creo que el enfoque comunicativo es el más adecuado. Éste fue el aporte más importante que me ha dado el curso. Aprender a entender la lengua desde su utlidad y significado, descubrir la función comunicativa que una determinada estructura gramatical me permite y ya no tanto ver la lengua como sistema. Tengo que decir que no me resulta muy difícil pues yo he tenido una formación lingüística más tradicional pero valoro mucho las posibilidades que me ha dado este curso para reflexionar, probar y descubrir cosas a la hora de enseñar nuestra lengua desde esta nueva perspectiva.

Otro aspecto que para mí es importante es el de las variedades del español. He tenido que afrontar este tema desde el principio pues la variedad local de mi país es la rioplatense y cuenta con algunas características muy propias. El español que se enseña oficialmente en las escuelas públicas y en la mayoría de los institutos privados italianos es bastante distinto a como hablamos en Uruguay, Argentina, parte de Chile y Paraguay. “¿De dónde sos?”, “Yo como pescado, vos qué comés?”, “esta mañana te llamé pero no me respondiste", “Ahora les pido que en parejas…”, “Abran el libro en la página…”,”Vení mañana que te doy la fotocopia”, son todas formas que para un estudiante italiano pueden resultar extrañas y sin embargo, ¡para mí son tan naturales! Y así me surgían las preguntas: ¿Qué hago? ¿Uso el vosotros? ¿Cómo les explico que se escribe con “c” y no con “s” si suenan igual? ¿La “ll” la pronuncio como en Madrid? ¿Y la “y”? ¿Vale o dale? ¿Cuándo debo ser fiel a mi variedad y cuándo más bien neutro? ¿Tengo que ser flexible sobre este tema siempre, no?

Hablando con otros profesores de ELE cuya variedad del español no es española he llegado a una conclusión, por los menos transitoria: la respueta está en los alumnos, el grupo meta y sus objetivos. No es lo mismo enseñar español comercial a los empleados de una empresa que trabaja con México que un proyecto de lectorado en la escuela secundaria o un curso de español general para adultos que quieren viajar al sur de España durante las vacaciones.

Creo que este tema es muy complejo y un desafío para quienes se encuentran en una situación parecida. Si alguien ha tenido o tiene experiencias similares le pido que comente esta aportación con sus opiniones y consejos . ¡Sin duda me sería muy útil!

Un saludo para todos y gracias nuevamente a Alfredo y al Instituto Hemingway.


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