Qué difícil es saber a los 18 años a lo que te quieres dedicar toda tu vida. Yo no lo tenía nada claro ya que me gustaban muchas carreras y no sabía por cuál decidirme.

Al final elegí una carrera que no tenía que haber elegido, pero como ya la había empezado, la continué hasta acabarla. Después estuve varios años trabajando de ello, pero sintiéndome cada vez más infeliz, pues no me sentía realizada con lo que hacía.

Hasta que me di cuenta que lo mío era la enseñanza. Y sólo me iba a sentir feliz si realizaba esto. Me costó mucho decidirme otra vez a estudiar una carrera pero reuní valor y me puse a estudiar pedagogía, la carrera que tenía que haber elegido en primer lugar. Pero más vale tarde que nunca, y lo que disfruté realizando esta carrera no lo hubiera conseguido a la edad que empecé la otra.

Ahora quiero dedicarme a algo más específico todavía que es a la enseñanza del español. Me he dado cuenta que esto es a lo que verdaderamente quiero dedicarme ya que me siento muy feliz en una clase al ver a mis alumnos aprender a comunicarse en este idioma.

Por esta razón he realizado este curso, para aprender a hacerlo de la forma más competente posible.

Estoy muy contenta porque he aprendido muchas cosas que estoy deseando ponerlas en práctica con estos alumnos.