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Español fines específicos: mi idea de un buen profesor

En este tiempo en el instituto, he tenido la oportunidad de conocer personas de China, de Japón, de Corea, de Canadá, de Palestina, de Alemania... de diferentes edades y con vivencias muy distintas sobre sus espaldas.

Unos hemos realizado un trayecto de diez minutos en tranvía para llegar al instituto. Otros han atravesado continentes enteros. En todas las personas con las que he tratado he percibido en su mirada un brillo especial, un destello motivado por un deseo que va mucho más allá del querer aprender un nuevo idioma: el deseo de comunicarse y de entenderse con otros seres humanos.
Pocas cosas resultan tan frustrantes como querer comunicarte con otra persona y no poder hacerlo. Sin embargo, cuando lo logras, la satisfacción es enorme.
Oímos sin escuchar, porque para oír no se nos exige que prestemos atención. A diario oímos cientos de ruidos, de voces y de tonos. No censuro esta actitud, pues el noventa y ocho por ciento de lo que alumbra a diario el mundo es ruido. Lo que a las seis de la mañana es un notición, a las doce del mediodía yace en el nicho. Lo que sí es triste es que mostremos idéntica actitud para con las personas que pasan por nuestra vida. Qué difícil es salir del yo. Cuánto nos cuesta aparcar, aunque sea por escasos momentos, lo mío.

Son varias las habilidades que debe de reunir un buen profesor, ya sea de Ele o de Efe. Pero en mi opinión hay una que debe gobernar sobre el resto con amplia mayoría, si es que no debe hacerlo con mayoría absoluta; y es saber escuchar. Saber escuchar cultiva lo que de humano hay en nosotros y afina nuestros sentidos. Sí, saber escuchar es una de las habilidades que más hemos trabajado en el Instituto Hemingway.

Ser profesor de Ele es una tarea enriquecedora. Ningún día es igual. Cada clase es original, no se parece en nada a la anterior. La rutina no tiene cabida.
A veces se pasan malos ratos, como cuando ves que algún alumno no avanza o se queda atascado. Te preguntas si el método que has elegido para enseñarle es el adecuado. Y de pronto, un día, no sabes cómo, ese muro que parecía infranqueable se viene abajo y el estudiante tira para adelante.
Como profesor de Efe, recientemente he tenido la fortuna de ayudar a un estudiante de Genética. Yo tenía algunos conocimientos en estas materias, porque siempre me han interesado mucho. Pero en esta ocasión se me ha exigido profundizar y adquirir nuevos conocimientos. Vocabulario nuevo tal como: células pluripotenciales, crisp, células troncales, reprogramación celular...
He descubierto publicaciones científicas de primer nivel, y también he aumentado considerablemente mis esperanzas sobre la curación de enfermedades degenerativas.

Las clases de Efe son muy especiales, cierto que exigen mucha preparación, pero cada vez que das unas cuantas clases sobre una materia es como si hicieras una breve "carrera" sobre dicha disciplina. De manera que con un poco de paciencia y esfuerzo te puedes convertir en un "genetista", en un "jurista", en un "farmaceutico" o en un "hombre de negocios".


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