¡Hola a todos!
Al fin, después de varios meses haciendo este curso, llega el momento de hacer mi aportación al blog así que, ¡vamos allá!
Desde que soy pequeña he estado rodeada de profesores (mi abuelo lo era y mis tías lo son) y si bien siempre les había oído decir que estaban muy contentas con su profesión yo siempre pensaba: "¿Cómo es posible que estén contentas? Pero si van al cole cada día!" ... pero claro, la gente crece y la opinión de las cosas cambia, por suerte.

En mi anterior trabajo estuve al cargo del proyecto educativo de una empresa eléctrica en la que se recibían visitas escolares y se realizaban unas actividades, unas explicaciones sobre la energía y la eficiencia energética. Los alumnos tenían edades variadas, desde los 5 a los 17 años y ahí podría decir que empezó todo. Encontraba que según qué cosas no estaban adaptadas a según qué edades y empecé a cambiar la manera de explicar, el material que usaba para mis explicaciones, de forma que se adaptara lo mejor posible a cada franja de edad. Después de ver que las cosas que explicaba sí se entendían me hice una reflexión a mi misma sobre lo diferente que habrían sido algunas de mis clases cuando yo era alumno si el profesor hubiera cambiado algunas
cosas...

Hace un año y medio me mudé a vivir a Francia y estando aquí surgió la ocasión de dar repaso de español a un chico y con toda la humildad del mundo dije: "¡Pero si no soy profesora!" y entonces pensé, ¡pues manos a la obra! Y así es como empecé a buscar información para formarme como profesora de ELE.

Sé que ejercer la docencia es una tarea compleja en la que se han de tener en cuenta muchos factores: la importancia de conocer a tus alumnos, conectar con ellos para lograr que disfruten aprendiendo y saber que de una manera u otra, vas a influenciar en sus vidas, así que en lo que a mi respecta, espero que sea la mejor influencia posible, de ahí mi interés por estar bien formada. Enseñar es una manera de conectar con las personas y para mi, eso es parte de la esencia de la vida.

Lo que sobre todo he aprendido con este curso, es que me queda mucho por aprender. ¡Se ha abierto la caja de Pandora! Pero no estoy asustada, todo lo contrario, estoy ilusionada de haber podido empezar con un curso tan bueno como este y de poder seguir formándome con el objetivo de dar lo mejor de mi a los alumnos que se crucen en mi camino.

Quería dar las gracias al Instituto Hemingway por el material y las facilidades que ofrece a la gente que quiere aprender a distancia, y a Alfredo Orive, por haber hecho mi seguimiento y haberme aconsejado a lo largo del trayecto.

Empieza una nueva aventura, ¡espero que nos encontremos en algún momento!
Mucha suerte,