Siempre he sido aficionado a aprender idiomas. Al vivir en una ciudad bilingüe y hablar dos idiomas (español y vasco) desde la infancia, ha sido normal para mí para comparar diferentes idiomas y aprender hábitos y tácticas para la adquisición de nuevas formas de comunicación.

Vivir en contacto con más de un idioma da una rica percepción sobre el aprendizaje de diferentes idiomas. A raíz de esto, el aprendizaje de nuevas lenguas era más interesante para mí, a medida que descubría la posibilidad de entender mejor diferentes puntos de vista. Aprender idiomas es aprender a mirar el mundo con diferentes ojos para mí. Por eso, a medida que aprendía, empecé a estar también interesado en el proceso de enseñanza.

Me di cuenta de que eso era algo que podía hacer, porque ser una persona multilingüe te ayuda a comprender las necesidades de tus estudiantes y proporcionarles las mismas herramientas que funcionan para tu propio aprendizaje.??Así que, cuando empecé a interesarme en las culturas nórdicas, no dudé en viajar a uno de esos países, Finlandia, para trabajar; y aprender finlandés allí mismo. Allí aprendí más acerca de la enseñanza de idiomas a la que asistía a clases de finlandés, y me familiaricé con la manera de aprender en otros países.

Hoy en día, de vuelta en España, sigo aprendiendo finés, con la esperanza de alcanzar un buen nivel algún día, y sabiendo que me va a ayudar a descubrir nuevas cosas sobre ese país.??En conclusión, creo que hay muchas cosas que aprender y muchas maneras de hacerlo, pero todo será siempre gratificante cuando uno descubra el verdadero potencial del multilingüismo. Es el mejor equipamiento para tener en la vida.